TRANSPORTE DE ENERGÍA

Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de la importancia de la energía en nuestro día a día: frigorífico, teléfono, televisión, ordenadores, secador de pelo, lavavajillas, radiadores, consolas, termos, vitrocerámicas, etc.

Pero la energía eléctrica no se puede almacenar, por tanto, hay que transportarla desde las centrales hasta los centros de consumos: indrustrias y núcleos urbanos.

Una instalación eléctrica completa consta de seis elementos: La central eléctrica donde se produce la electricidad. Los transformadores elevadores, que elevan el voltaje de la corriente eléctrica para poder ser transportada con las menores pérdidas posibles. Las líneas de transporte. Las subestaciones, donde se baja el voltaje para poder ser distribuido a los clientes. Las líneas de distribución. Los transformadores reductores que bajan el voltaje al nivel utilizado por los consumidores.

Una vez que la electricidad llega a las ciudades, se establece una red de distribución que discurre por las calles, enterrada en zanjas independientes, junto con otros suministros.