Las matemáticas también tienen la habilidad de expresar sus más profundos sentimientos, de convertirse en ese verso tan necesario para clamar al cielo esas emociones que nos invaden.
Tras el pseudónimo de Sumatra, una profesora de Matemáticas.
Aquí os dejamos un poema compuesto en protesta por los sentimientos de apatía, e incluso de abierto rechazo, que suelen encontrarse los profesores de Matemáticas hacia la asignatura. El poema, si podemos llamarlo así, está expresado en primera persona como si las propias Matemáticas hubiesen tomado la palabra para defenderse.
¿Vano afán?
Se me escapan algunas lágrimas
envueltas en un suspiro,
mientras calmo mis pesares
a la vez que esto te escribo.
Quizás sea por el velado desprecio,
con que me saludas cada día;
por esas frases despectivas,
que me hieren y mortifican;
por esa mirada que me diriges
que muestra, sin una palabra,
que no me quieres,
y hasta… me temes.
Trata de entenderme, ¿quieres…?
haz ese esfuerzo… ¡sé que puedes!,
aunque ni tú mismo lo creas,
aunque no me lo demuestres…
Si me das una oportunidad,
si aceptas conocerme,
te mostraré mis encantos
por haber sido valiente.
¿Vano afán persigo?
puede…
pero, ¡no me rindo!
que, …
si sabes lo que es contar,
¡contarás siempre conmigo!
